El delantero de la selección y una locura en la vuelta a su localidad. “Este era mi sueño más grande”, destacó.

Las reposeras con las señoras en la vereda, los niños corriendo de acá para allá con la camiseta de Argentina con la “9″ en la espalda y el apellido Álvarez en mayúscula, carteles escritos con fibrones que dicen “gracias Julián” y colas de autos en la Ruta como nunca se vio.
Un desborde histórico sacudió a la localidad de Calchín, en el interior cordobés. Con unos tres mil habitantes recibió más de 15 mil personas que se llegaron a saludar a Julián Álvarez, el niño prodigio de la zona que acaba de salir campeón del mundo. Y elegido Deportista de Córdoba del Año por La Voz y Mundo D.
“Es difícil hablar en un día así. Estoy agradecido por el apoyo desde el primer día a la gente de Calchín y la zona. Pido disculpas si no puedo responder todos los mensajes de cariño y apoyo. Pero todo llega. Es un orgullo representar al país en un Mundial. Es una locura lo que se vivió. Los 45 millones de argentinos jugaron con nosotros. Gracias a todos”, dijo Julián cuando tomó el micrófono en el escenario.
“Este era mi sueño más grande. Agradezco a mi familia y mi novia. Nunca imagine esto. Que se me diera con 22 años es increíble. Pero hay cosas para seguir soñando”, completó “el Araña”, en un día inolvidable para él y Calchín.
Nadie se quiso perder su regreso triunfal a los pagos donde todo arrancó y desde temprano la plaza del pueblo y alrededores se llenó se gente que esperaba al “Araña”.
El centro de su bienvenida estuvo ubicado en el Club Atlético Calchín que cerca de las 18 ya estaba a tope. No cabía un alma.
Álvarez volvió a su localidad donde fue nombrado ciudadano ilustre y convocó a una multitud. Julián fue acompañado en una caravana que ingresó por la calle principal, pasó por la plaza y culminó en el club donde se preparó un evento con el grupo musical Los Caligaris.
Julián llegó en un vuelo privado a las 16.30 y pasó por la ciudad de Arroyito a saludar familiares. Allí se corrió el rumor de su presencia y la casa de su tío se vio invadida de curiosos que querían saludarlo, tocarle la mano y agradecer.

Luego todo se trasladó a un Calchín revolucionado y con seguridad que llegó de ciudades vecinas para poder controlar tanta pasión.
Con apenas 22 años, Álvarez ya logró ser campeón con River de todo y tres títulos con la selección (Copa América, Finalisima y el Mundial), además de dar el salto a Europa.
En Qatar se terminó de meter en la gente, que lo adora por su perfil de pibe de pueblo, humilde, trabajador, serio y, claro, con un talento enorme para jugar a la pelota.