Muchos de los residentes de este barrio de Karachi, la ciudad más poblada del país, se reunieron en madrugada del miércoles para seguir en una pantalla gigante el triunfo del seleccionado de Lionel Scaloni ante Croacia por las semifinales. Ahora se preparan para ver la final.

Lyari es un barrio de Karachi, la ciudad más poblada Pakistán, aunque será por un momento una barriada más de Buenos Aires, ya que miles de sus habitantes se reunirán para bancar al seleccionado argentino en la final del Mundial del próximo domingo.
Estos mismos hinchas de la albiceleste fueron los que en plena madrugada del miércoles se juntaron para ver en una pantalla gigante a Lionel Messi y sus compañeros golear a Croacia (3-0) en semifinales.
Lyari fue antes un barrio marginal de Karachi que estaba asociado a la violencia organizada y la pobreza. Pero ahora se enfundaron con camisetas y banderas argentinas y pusieron a cantar y bailar después de que el equipo de Lionel Scaloni certificó su lugar en la final del Mundial de Qatar ante a Francia o Marruecos. Tampoco faltaron algunos fuegos artificiales se encendieron en el oscuro cielo de Pakistán.
«La mayoría de jóvenes se inspiran en ellos», resaltó en declaraciones a la agencia AFP Tahir Khan, un entrenador de fútbol de 40 años, en referencia a las estrellas del seleccionado liderado por Messi.
El astro albiceleste es inevitablemente el favorito de todos, pero también suma muchos adeptos su compañero del París Saint Germain, el brasileño Neymar.
«Veo a la mayoría de jóvenes vistiendo camisetas de Messi o Neymar. Incluso en la Culminación del Ayuno, visten sus camisetas (…) en vez de las ropas tradicionales», ratificó Khan.

Son estos los residentes que llevaron el Mundial a Lyari, pintando murales de sus jugadores favoritos en tamaño real, colgando banderas y banderines y anotando los resultados en tablas colgadas en las paredes.
«Los países latinoamericanos no están tan desarrollados como los europeos, pero sus jugadores son reconocidos en todo el mundo», explica Khan sobre el aprecio por la Argentina, que igual que sus rivales brasileños, no es solo por sus habilidades futbolísticas.
Años atrás, en este barrio de Karachi los delincuentes usaban lanzagranadas y rifles de asalto durante enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que forzaban el cierre de escuelas y negocios. Ahora lo peor de esa violencia ha pasado y esa tranquilidad permitió que aflorara la creatividad.
Hoy Lyari tiene el orgullo de destacarse por su fama de generar futbolistas, boxeadores con mentón de hierro y, más recientemente, raperos con conciencia social. Este es el hogar de estos aficionados argentinos y brasileños de adopción, que también se trenzan en discusiones entre ellos.
Fuente: Telam